El otoño es, sin duda, la mejor época para visitar el Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar. Una opción de lo más apetecible para hacer una escapada. Ya sea durante el Puente de Todos los Santos, el Puente de la Constitución o el Puente de la Inmaculada, esta es la mejor época para visitarnos. Cualquier lugareño, con la calidez y la amabilidad que caracteriza a los almerienses, te explicará el porqué. Las temperaturas se suavizan, las playas se vacían, los precios bajan y el Parque brilla con esplendor en su inmensidad y su silencio.
Las posibilidades que ofrece este paraíso tranquilo de casi 50.000 hectáreas son infinitas. Hay un plan para cada tipo de persona. Sobre la tierra, recorridos a pie, en bicicleta o en coche. Las rutas de senderismo son uno de los grandes reclamos para visitar el Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar en esta época del año. Bien señalizados y accesibles para todo el mundo según su dificultad, ofrecen una forma genuina de conocer la zona. Para quienes prefiera una opción distinta al senderismo, pueden optar por recorrer los caminos a pedales o contratar un paseo en 4×4.
Ahora la naturaleza está en pleno apogeo. La imagen de las hojas caídas sobre el terreno da una sensación de tranquilidad y reposo que no tiene el verano, más concurrido y movido. En los meses de octubre y noviembre se respira en el entorno esa paz que prima en cualquier época del año en Los Malenos. Pasear por Agua Amarga, Carboneras, San José… Pueblos todos ellos con encanto y fácilmente accesibles desde nuestro hotel. Perderse en sus callejuelas blancas y azueles es un placer para todos los sentidos.
Al igual que dejarse guiar por el olfato en busca de ese aroma proveniente de una gastronomía que combina los productos del mar y la tierra haciendo las delicias de los paladares más exquisitos. Tanto caminar y visitar el Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar abre el apetito.
En Los Malenos cuidamos nuestra cocina hasta tal punto que nuestros desayunos son recordados durante mucho tiempo por quienes nos visitan. Nuestras galletas de sésamo y canela, mermeladas de higos, crêpes, pan de semillas, sorbetes de fruta y compotas caseras que marcan a quienes las prueban. Y por las noches, unas cenas de picoteo al aire libre o en el interior junto a la chimenea con productos cultivados en nuestro huerto y de la zona como base.
La rica vida submarina del Cabo
La oferta de actividades al visitar el Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar no termina con la inmensidad de sus terreros, su rica flora y fauna o sus preciosos pueblos. Hay más, mucho más. Todo eso que se esconde bajo la superficie de su literal único con 45 kilómetros de costa virgen que puede disfrutarse de distintas formas. Una opción es acercarse a sus muchas calas (Plomo, En medio, San Pedro…) y playas (San José, Agua Amarga, Mónsul…). Ir en coche o en bici, dejarlos aparcados y adentrarse en sus atrayentes caminos a pie, en un agradable paseo.
Pero si lo que se quiere es otra vista distinta, menos habitual, una excursión en kayak es una opción de lo más sugerente en esta época del año. Al igual que sumergirse en sus cristalinas aguas para practicar buceo y contemplar en primera persona la riqueza del fondo marino de la costa almeriense. Dicen los expertos que en nuestro fondo marino habitan más de 1.400 especies de vegetales y animales. Así no es de extrañar que quienes se sumergen en nuestro mar emerjan maravillados.
Y para los más aventureros, desde Los Malenos recomendamos actividades como la espeleología. El subsuelo almeriense es rico en cuevas y ofrece excursiones muy interesantes para contemplar ese monumento natural que son las estalactitas y las estalagmitas. Hay opciones para todos y precios asequibles.
visitar el Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar, más que naturaleza
Pero visitar el Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar y sus alrededores es mucho más que naturaleza. No se puede olvidar su aspecto más cultural y artístico, para quienes disfrutan recorriendo tesoros y joyas arquitectónicas.
Los cortijos son típicos de la zona, como el de El Fraile. Reclamo turístico en la actualidad, seña de identidad almeriense y que cuyos trágicos sucesos inspiraron las Bodas de Sangre de Lorca. Las minas abandonadas de Rodalquilar (en la imagen) son el monumental vestigio de una tierra que otrora lo fue de mineros y pescadores. De su pasado y presente marítimos quedan esas casas bajas, encaladas y con ventanas y puertas pintadas de azul que tanto gusta fotografiar a quienes nos visitan.
El otoño en Almería, gracias a las agradables temperaturas de las que disfruta Almería y a los muchos puentes y festivos que se acumulan, hace que Los Malenos y el Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar sean un destino ideal en el que desconectar y relajarse. Nada como disfrutar de un amanecer o un atardecer con nosotros para enamorarse de Almería. Su luz es única.
La comarca de El Cabo de Gata es un lugar imprescindible de recorrer para ver sus playas y paisajes interiores. Si, además, es después de temporadas de lluvias tanto mejor: hay mucha vegetación. Parece alejado del mundanal ruido. Tiene pueblecitos agradables. Aunque yo no incluiría como pueblo con encanto a Carboneras (con perdón): es como una ciudad industrial.