Te hemos propuesto bucear, practicar senderismo y dado pistas de qué ver y qué hacer en el Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar. Después de este menú tan de temporada, esta vez te planteamos un plan diferente. También con pedazos de naturaleza en la carta, pero más urbanita, más de callejear y contemplar la arquitectura y el arte local que de comunión con la fauna y flora. Muy cerca de nosotros se ubican varios pueblos con encanto que no debes perderte.
Nuestro Cortijo se encuentran en un entorno único, en plena naturaleza y a solo cuatro kilómetro del pueblo costero de Agua Amarga, en cuyo término municipal nos ubicamos. Una pequeña localidad de solo unos pocos centenares de habitantes, en torno a los 400, en la que su playa urbana es su gran atractivo. Pero también pasear por sus callejuelas de casas encaladas y visitar los restos de ese antiguo embarcadero en desuso que hace un siglo sirvió a los mineros locales para cargar mercancía.
Cerca encontrarás Mesa Roldán, un domo volcánico sobre el que se erige una torre de vigilancia y un faro. La de historias que esconderán sus muros. Y por mucho que este sea un post más urbanita o cultural, no se puede dejar de mencionar esa oliva milenaria de Agua Amarga.
Un poco más lejos, a 11 kilómetros encontrarás otro de esos pueblos con entanco que nos rodean, Carboneras, que cuenta con la singularidad de que pese a que su núcleo urbano no forma parte del Parque, sí el 80% de su término municipal. Algo que no resta valor ni interés a un escapada a la zona para visitar la Playa de Los Muertos, la del Algarrobico o dejarse seducir por sus calas.
En el pueblo, entre sus calles destaca la Torre del Rayo, el catalogado como el edificio más antiguo de la localidad. Dicen los documentos históricos que data de la época Nazarí, cuando la construyeron como torre de vigilancia.
Y de Agua Amarga y Carboneras, damos un salto a Las negras y su pequeño término municipal cosmopolita. Y de ahí nos vamos a Fernán Pérez, donde podrás contemplar un acueducto de finales del siglo XIX, aljibes, molinos de viento y una iglesia que hará las delicias de los amantes de la arquitectura con historia.
Además, en Fernán Pérez, situado a unos 10 kilómetros del hotel, descubrirás qué es una noria de sangre. Se trata de una máquina compuesta por dos ruedas, una horizontal y otra vertical que, activadas por la fuerza de un animal que tira de una de ellas, sirven para sacar agua del pozo.
Níjar, el rey de los pueblos con encanto
Como colofón por nuestro paseo por los pueblos con encanto de la zona, Níjar. A menos de 15 kilómetros de nuestro Cortijo se encuentra este municipio de interior asociado al nombre del Parque Natural. Su casco histórico es un auténtico disfrute para la vista, con paradas obligatorias en el barrio de la Atalaya y la plaza del Mercado. Fundada en el siglo XIII por los musulmanes, cuenta entre sus edificios más emblemáticos con la Iglesia de Nuestra Serñora de la Encarnación, erigida sobre una antigua mezquita y en cuyo interior hay una imagen de la virgen de Alonso Cano.
Y para quienes se animen a un destino algo más alejado, Almería, la capital de la provincia. Si eliges el camino rápido, el que no atraviesa pueblos con encanto ni da rodeos, puedes estar allí en algo más de media hora. Merece la pena darse el paseo para disfrutar de su monumental Alcazaba, que domina la cuidad desde las alturas y ofrece unas vistas de las mismas espectaculares. Tampoco te dejarán indiferente su catedral de estilo gótico tardío ni su puerto y su paseo marítimo.
No conviene regresar al hotel, a nuestro Cortijo, tras visitar la capital sin haberse pasado a ver en vivo y en directo el impresionante Cable inglés. Una imponente construcción de metal de principios del siglo XX que servía para transportar los cargamentos de minerales de la estación del tren al puerto y en la que muchos verán reminiscencias de la Torre Eiffel.